Rubén Ramos, licenciado en criminología, policía local en Vitoria-Gasteiz y asesor en addendo Menores, siempre sintió una especial conexión y sensibilidad por ayudar a los más jóvenes. Tras 10 años en el cuerpo de policía, se puso al frente de la Unidad de Menores de la capital alavesa, grupo de referencia a nivel estatal.
¿Cómo nace esta unidad y en qué consiste?
– El Grupo de Menores de la Policía Local de Vitoria-Gasteiz nace para dar continuidad a experiencias previas como el Grupo de Acción Escolar y la gran labor de mi compañero ya jubilado, Luis Erentxun, quien puso la primera piedra de esta unidad. Si bien, los comienzos fueron difíciles, el trabajo y la dedicación de todos los compañeros implicados pronto dio sus frutos: conseguimos convertirnos en referencia y en un apoyo fundamental de centros educativos, centros de protección de menores, servicios sociales, familias y de los propios menores de edad.
La filosofía de trabajo del grupo se fundamenta en 3 ejes fundamentales: seguimiento personalizado de casos de menores, detección temprana de problemáticas y derivación al recurso adecuado. La frase que mejor describe el día a día del grupo es, en palabras de Pitágoras “educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres”. Además, realizamos un acompañamiento cercano, actuando desde los primeros comportamientos disruptivos y antisociales con una doctrina educativa.
¿Cuáles han sido los principales problemas que habéis detectado en las y los jóvenes alaveses?
-Los problemas propios de la adolescencia se desarrollan entre la niñez y la etapa adulta, cuando los menores están forjando su personalidad futura. Es en este momento, cuando los y las adolescentes buscan nuevas sensaciones, se preocupan por su imagen y cambian a la familia por los amigos y amigas como su grupo de referencia, grupo de iguales.
Todo estos cambios, pueden provocar la irrupción de ciertas conductas que caminan entre la desobediencia y acciones delictivas más graves. Personalmente, no creo que la juventud alavesa sea distinta a la de cualquier otro lugar. No obstante, la irrupción desde hace un tiempo de las redes sociales y el acceso tan temprano y sin filtros a toda la información no ayudan a gestionar correctamente este proceso madurativo. Esta es la principal novedad respecto a otras generaciones. También, se dan comportamientos más conocidos y habituales, como el consumo de alcohol y drogas, hábitos que pueden derivar en patologías psiquiátricas.
¿Cómo es el procedimiento de actuación con los menores y con su entorno (madres, padres, educadores, grupo de iguales…)?
-El procedimiento de actuación se resume en los siguientes pasos: conocimiento del problema de un menor de edad en el ámbito familiar o escolar, investigación de los factores que pueden haberlo provocado, actuación propia o derivación del recurso correspondiente. Por ejemplo, ante el conocimiento de un pequeño hurto realizado por un menor en un comercio, se hace un seguimiento y se interpreta como una llamada de atención, siendo el posible hilo del que tirar para visibilizar problemas mayores.
¿Cuáles han sido los resultados que habéis logrado con esta unidad?
-La experiencia nos dice que en intervenciones tempranas y con buena disposición de la familia, los resultados son muy positivos. No obstante, los problemas más graves son difíciles de tratar y se tienen que trabajar desde diferentes ámbitos: centro escolar, familia, servicios sociales e incluso centros de terapia y unidades médico-psiquiátricas. Lo que sin duda se ha conseguido es un acercamiento de la policía a familias, centros educativos y servicios sociales.
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